Reseña: El día que dejó de nevar en Alaska - Alice Kellen

Un chico con el corazón de hielo.
Una chica que huye de sí misma.
Dos destinos que se cruzan.
Heather cree que solo hay tres cosas que sabe hacer: atraer problemas, salir huyendo y correr. Así es como termina en Alaska, en un pequeño pueblo perdido, trabajando de camarera mientras intenta llevar una vida nueva y tranquila. Su único problema es que uno de los dueños del restaurante parece odiarla y que ella nunca antes ha conocido a nadie que despierte tanto su curiosidad. Nilak es reservado, frío y distante, pero Heather puede ver a través de todas las capas tras las que se esconde y sabe que en ocasiones hay recuerdos que pesan demasiado; como los de sus propios errores, esos que intenta dejar atrás.
Pero, a veces, la vida te da una segunda oportunidad.
La nieve empieza a derretirse.
Y todo encaja.

Título: El día que dejó de nevar en Alaska | Autora: Alice Kellen | Saga: Autoconclusivo |

Editorial: Titania | Páginas: 352 | Goodreads

 ¡Hola, hola!

¡Feliz día internacional de la literatura infantil y juvenil! Para celebrar este grandioso día, hoy os traigo una lectura que para mí ha amainado el montón de estrés que hay durante estos días de cuarentena. Por cierto, espero que llevéis bien estos días de confinamiento que, por lo que vi, ahora está todo el mundo con distanciamiento social. Espero que disfrutéis del tiempo viendo series, rebajando la lista de pendientes y haciendo todo aquello que no podíais hacer porque no teníais tiempo.

Pues, el otro día, debido a las normas de la cuarentena, Titania ediciones decidió poner gratuitos varios ebooks durante toda una semana, así que decidí hacerme con algunos que hacía ya algún tiempo me llamaban la atención. Había oído de Alice Kellen constantemente, así que no dudé en ponerme con este como la segunda lectura de la cuarentena. Entonces entendí por qué esta autora tenía tanta fama: fue un libro que me dejó con un resacón literario del quince.

Heather llega a Inovik Lake, un pequeño pueblo de Alaska, dejando atrás todo aquello que conocía, incluyendo sus familiares. Nada más llegar al lugar, conoce a John, su nuevo vecino, y a Caos, un perro criado para fines deportivos que no parece gustarle mucho las reglas. En cuanto se instala, nuestra protagonista tratará de formar una nueva vida en aquel lugar tan apartado de su vida cosmopolita trabajando en un bar donde conoce a Seth, el cocinero del bar del pueblo y dueño del mismo junto a Nilak, quien además de ser bastante tosco y cortante, también se comporta de forma reservada y fría con los demás.

Si empezamos hablando de los personajes debo de decir que me han parecido algo clichés, pero unos clichés muy bien desarrollados porque, para mí, este tipo de construcción de personajes son lo que funcionan y los que consiguen llegarme. Desde las primeras páginas puedes percatarte de que Heather es un chica insegura, aunque su determinación la ha llevado hasta un pueblo lejos de su lugar de origen por problemas de su pasado. Si tengo que decir algo de ella es que me ha gustado muchísimo su personaje y el desarrollo del mismo durante la trama, dejando lugar a un personaje que me ha gustado mucho más que en su inicio. Por otro lado, nos encontramos a Nilak que, pese a ser de los mayores clichés que se encuentran en la literatura juvenil romántica ahora mismo, siempre funciona conmigo. Este es un personaje reservado y frío, lo que descoloca a nuestra protagonista desde las primeras páginas. Sin embargo, en él también pudimos ver una evolución paulatina, aunque sorprendente que llegó a conmoverme de una forma que no esperaba. Los personajes se muestran vulnerables, rotos, pero llenos de sentimientos que, durante el desarrollo del libro oscilan desde la felicidad hasta la tristeza más profunda. Así que sí, estos protagonistas son ejemplos de clichés que todavía siguen funcionando, solo si son bien construidos, y que enamoran al lector porque todavía pueden hacer una historia igual de maravillosa. 

Lo que también me gustó de El día que dejó de nevar en Alaska son los personajes secundarios que son muy ricos y están muy profundizados. John, el vecino de Heather y entrenador de Caos, es uno de mis favoritos porque también se desarrolla poco a poco. Pero, por supuesto, no puedo avanzar con los personajes sin mencionar a Caos, el perro al cual tratan de entrenar pero que parece no llevarse bien con las reglas y que comienza a cogerle un cariño desmesurado a Heather. Este perrito es una de las joyas de este libro y no hubiera sido lo mismo sin él. En este pueblo nos encontramos diferentes personajes que aligerarán la trama de forma sencilla, ya que la autora es capaz de darnos la perspectiva más humana de todos ellos.

Existen muchos tipos de tristeza: está la que va acompañada de dolor, la que se esconde tras la rabia, la que simplemente aparece un día y se queda y no sabes por qué ni cómo, y la tristeza por amor, que es muy extraña, porque estar deprimido por algo tan bonito es un sentimiento complejo y difícil de manejar.

La historia se narra en primera persona bajo el punto de vista de Heather, pese a que también podemos encontrarnos con varias interrupciones de unas páginas de un diario escrito por una chica llamada Annie, lo que consigue una trama intercalada entre dos puntos de vista. Debo de decir que me gustó muchísimo cómo la trama evoluciona a un ritmo trepidante en la que engancha al lector desde la primera hasta la última de sus páginas. Sinceramente, yo no me pude despegar de ellas hasta que terminé el libro. Creo que la historia está sobrellevada de una forma cuidadosa y especial, dejando pequeñas pinceladas de interrogantes que logran que el lector se enganche cada vez más hasta que, poco a poco, la historia se desarrolla y descubres la historia detrás de tanta intriga. La resolución de la novela me pareció que se hizo de una forma magnífica y el final me complació tanto que me dejó con muchas más ganas de leer literatura juvenil romántica.

Es la historia de una chica que está perdida y de un chico que ya no quiere encontrarse. Ella es el sol, calor. Él es el hielo, Alaska, un corazón congelado en el que siempre está nevando. Pero, a pear de todo, encajan. Y quizá por eso, los dos crecen como esas briznas de hierba salvajes, ¿te has fijado en ellas? No lo parecen, pero son fuertes. Y no importa el mal tiempo que haga, al final, pese al frío, pese al dolor que arrastran del anterior invierno, siempre se alzan buscando la luz del sol.

Es la primera vez que pruebo la pluma de Alice Kellen pero, sin duda, no va a ser la última porque su historia me pareció magnética y sus personajes me parecieron muy humanizados así que, para mí, le doy un sobresaliente en la prosa, en la construcción de los personajes y en el desarrollo de la trama.

En definitiva, El día que dejó de nevar en Alaska es una historia de amor que necesitaba en este mismo momento con algunos personajes que, pese a que tienen rasgos algo clichés, me parecieron de lo más reales y estaban muy bien construidos en una trama que podría derretir al glacial más grande de Alaska. Pese a ser la primera vez que leo algún libro de Alice Kellen, estoy segura de que no va a ser el último porque esta historia ha entrado en mis favoritos de este año.

¡Por cierto, antes de que te vayas a la sección de comentarios! Hoy, con motivo del Día Internacional de Literatura Infantil y Juvenil, tuve el privilegio de aparecer en las noticias de la TPA (Televisión del Principado de Asturias) donde hablo brevemente sobre los blogs literarios como una nueva forma de recomendar libros. Os dejo la entrevista por si os interesa:

Link de la entrevista sobre blogs literarios

¿Habéis leído el libro o tenéis ganas de hacerlo?

¡Gracias por leer ^^!