Hacía bastante que no traía una reseña por el blog, ¿no? Lo cierto es que tengo un montón acumuladas, aunque intentaré ponerme al día con casi todas esperando llegar a los libros de mayo en menos de quince días (parece imposible para mí, lo sé).
Pues este libro hacía un montón que lo tenía, ya que me recomendaron leer la saga muy seguido, sobre todo después de
La marca de Atenea, que el final había sido bastante doloroso. Lo cierto es que tenía muchas ganas de ver lo que ocurría después. No obstante,
no empecé el libro hasta hace poco y lo tomé con muchísimas ganas, así que no tardé tanto en leerlo como creía.
Percy y Annabeth han caído al Hades donde tendrán que pasar por duras pruebas para conseguir cerrar las Puertas de la Muerte, mientras que sus otros compañeros, Leo, Hazel, Frank, Piper, Nico y Jason tendrán que cerrarlas por el otro lado para así evitar que Gaia despierte. Toda clase de monstruos y gigantes tratarán de detenerlos y no podrán contar con la ayuda de los dioses, ya que estos se encuentran en debates entre sus personalidades tanto griegas como romanas. ¿Conseguirán los ocho héroes detener el resurgimiento de Gaia, a pesar de todos los baches que se interpondrán en sus caminos?
Tengo que admitir que esta reseña puede ser un poco larga porque quiero extenderme algo más en los personajes que en la trama en sí, aunque ya comentaré algo de esta también.
Siempre he admirado lo grande que es Rick Riordan al construir personajes. Desde los libros de
Percy Jackson, este autor me ha enamorado con ese personaje libro tras libro porque, a pesar de tener una gran capacidad de liderazgo,
Percy también es un personaje encantador con el que no te puedes parar de reír, esté en la situación que esté. De
Annabeth siempre he pensado que es la chica más lista que Atenea pudo haber concebido y siempre he admirado su capacidad de adivinar acertijos (como ya pudimos ver en
La marca de Atenea). No obstante,
las personalidades de estos dos personajes se ven apagados debido a la situación en la que se encuentran: ambos están en el Hades y ninguno de los dos conoce la forma de escapar del lugar. Tengo que decir que, a pesar de no encontrarme con los típicos personajes que ya habíamos conocido en
Percy Jackson, ha sido una forma original de presentarnos a los personajes de esta forma en esa situación:
partes en las que ni ellos dos saben si van a sobrevivir. Rick Riordan los transformó en algo mucho más humano que nunca, aunque ambos mantuvieran sus rasgos principales (todo sin perder su esencia). Así que sí,
La casa de Hades me
ha mostrado las personalidades, aunque muy heroicas, también las partes más humanas de estos personajes que siempre he admirado.
Caben destacar a otro personajes que desde el principio siempre me han gustado (uno por influencias de otras personas y el otro porque, simplemente, adoro su personalidad).
Este autor tiene un don para hacer personajes de lo más queridos tan solo por su inocencia y lo adorables que llegan a ser, además por hacernos estallar a carcajadas.
Leo Valdez para mí se ha convertido en uno de los personajes más desarrollados durante esta saga y siempre le he tenido cariño, desde
El héroe perdido por los toques de humor similares a los que tiene Percy y los cuales me encantan. En
La casa de Hades,
Leo tiene la capacidad de demostrar su valor por sí mismo (aunque ya lo hemos visto las grandes cosas que ha construido. Ejem, ejem, el
Argo II es el mejor barco del mundo),
pero esta vez de una forma de las que menos esperaba. En segundo lugar, por fin llegamos a conocer un poco mejor el personaje de
Nico, el hijo de Hades, quien siempre ha estado en las sombras (literalmente) y quien, para mí, poco a poco está llegando a evolucionar y salir del cascarón.
Adoro este personaje por su sarcasmo (era necesario en esta saga. Gracias por tanto, Rick)
y el contraste que ofrece con el de Percy o con el de Leo. No quiero decir mucho más de este personaje porque creo que hablaré más de él en el quinto libro, pero solo quería destacarlo, ya que a mí me parece maravilloso.
Frank para mí también ha evolucionado bastante desde el principio, ya que lo conocimos en
El hijo de Neptuno como un chicho tímido quien estaba colado por Hazel. No obstante,
eventualmente este personaje termina tomando las riendas de liderazgo y evoluciona a alguien más valiente y seguro de sí mismo de lo que estaba al principio. Esto último también ocurre con
Hazel, aunque más que no ser valiente, ella siempre intentaba pasar desapercibida y con demasiado miedo en el cuerpo. No obstante, en
La casa de Hades el personaje de Hazel se desarrolla a una persona más fuerte y valiente.
Ya sé que ahora me tocaría hablar de
Jason y
Piper, pero, sinceramente, a mí estos personajes no me suelen dar mucho más.
Jason, al menos, me parece más relevante para la trama y tal vez, puede ser que Rick podría haberlo dado mucho más de sí. No obstante, estos dos personajes no me llaman especialmente la atención, pero sí que debo decir que a Jason, inevitablemente, le he cogido mucho cariño desde
La casa de Hades.
¿Y qué puedo decir sobre la maravillosa
trama que envuelve estos libros?
Que además de ingeniosa y divertida, siempre te deja con ganas de más. Pocas veces puedes cerrar el libro sin pensar en lo que ocurrirá después o lo que los personajes llegarán a conseguir. La casa de Hades te ofrece una gran mezcla de sensaciones agridulces que conducirán al lector desde las risas hasta las lágrimas. Sin lugar a dudas,
el humor que contiene a lo largo de las páginas de la saga, es un buen aliciente para continuar la lectura. No obstante, en el cuarto libro ya nos encontramos con la trama mucho mejor desarrollada, y a pesar de contener algunas historias secundarias, ya nos percatamos de lo mucho que está avanzando la historia. Personalmente, contemplar a los personajes en diferentes perspectivas y situaciones es lo que más me ha gustado de este libro, aunque también, por supuesto, las grandes escenas de acción o toques de humor.
En todas las reseñas que hablo sobre los libros de Rick Riordan, me gusta siempre dejar un espacio para admirar la gran documentación y la relación de mitos griegos con sus historias.
Es impresionante la forma en la que el autor hila esas historias clásicas con relatos de ficción contemporáneos simplemente resaltando el carácter de un dios del Olimpo o de un gigante o monstruo. Además de aprender muchísimo sobre literatura clásica (tanto
Jasón y los Argonautas, como
La ilíada, como con simples mitos griegos), Rick Riordan consigue que también disfrutes al cien por cien de los libros. Yo siempre he sido muy fan de la mitología griega ─y sí, más que de la romana, cabe decir─, pero es que este autor me anima a que aprenda mucho más sobre la mitología de cualquier tipo. Es fantástico.
Y bueno, no puedo decir mucho más de Rick Riordan que no haya dicho ya durante toda la reseña, solamente que es un genio y que ojalá siga escribiendo muchísimo más sobre cualquier tipo de mitología.
Yo siempre estaré encantada de aprender mitología leyendo historias que te enganchan desde el principio hasta el final. Y si hablamos de la maravillosa dedicatoria que estaba al principio de La casa de Hades...: "A mis maravillosos lectores: perdón por ese último suspense. Bueno, no, en realidad no. JAJAJAJA. Pero de verdad, os quiero chicos". Hay que querer a este hombre sí o sí.
En definitiva, La casa de Hades mejora mucho más que sus predecesores al empezar a desarrollarse bien la trama principal, la cual sigue llena de datos interesantes sobre las mitologías tanto griegas como romanas. Como siempre, estos libros contienen ocho personajes que llevarán desde las risas hasta las lágrimas y que engancharán al lector de una forma que no podrá separarse de sus páginas. Tengo muchas ganas de ver lo que ocurrirá con La sangre del Olimpo.
1. El héroe perdido
2. El hijo de Neptuno
3. La marca de Atenea
4. La casa de Hades
5. La sangre del Olimpo
¿Y vosotros? ¿Lo habéis leído o tenéis ganas de hacerlo?
¡Gracias por leer ^^!